Más de 6,400 panameños reciben energía por primera vez gracias a los proyectos rurales de AES Panamá

·      AES Panamá avanza en su compromiso de llevar energía segura, confiable y sostenible a comunidades remotas, beneficiando a más de 6,400 personas y generando bienestar, progreso y nuevas oportunidades económicas.

 

En las comunidades donde la noche llega más temprano y la vida se organiza alrededor de la luz natural, la llegada de la energía marca un antes y un después. No es solo el encendido de un bombillo: es la posibilidad de que una familia emprenda un negocio, que un niño estudie sin limitaciones, que una madre conserve mejor los alimentos o que una comunidad completa se sienta más segura. Con este propósito, AES Panamá, a través de su Fundación AES Panamá y en coordinación con la Oficina de Electrificación Rural (OER), ha impulsado durante este año múltiples proyectos de electrificación rural que ya suman alrededor de 6,440 personas y 1,297 viviendas beneficiadas en todo el país.

En Bocas del Toro se han logrado algunos de los avances más significativos. En el primer proyecto desarrollado en la provincia, 527 viviendas recibieron energía por primera vez, llevando luz y nuevas oportunidades a unas 2,650 personas. A este hito se suma el proyecto de Valle Risco y sus comunidades circunvecinas —Bajo Gavilán y La Esperanza—, donde 535 viviendas y cerca de 2,670 personas comenzaron a experimentar cómo la energía transforma la vida diaria: desde conservar alimentos en refrigeradoras, hasta impulsar pequeños negocios familiares que ahora pueden operar sin limitaciones.

El impacto también ha llegado a otras provincias del país. En La Zumbona (Panamá), la energía alcanzó 74 viviendas, beneficiando a más de 350 personas, mientras que en Guásimo (Colón), 105 hogares y alrededor de 500 personas se conectaron por primera vez al servicio eléctrico. Detrás de cada cifra hay una historia: familias que hoy pueden encender una luz para estudiar de noche, resguardar mejor sus alimentos, usar electrodomésticos básicos o incluso fortalecer economías locales a través de pequeños comercios y oficios.

En Chiriquí avanzan dos proyectos que muy pronto cambiarán la vida de 56 viviendas y 270 personas en El Bongo y El Exquisito Abajo. En El Bongo, 34 hogares, una escuela y una iglesia están por encender la luz por primera vez; en El Exquisito Abajo, 20 viviendas se preparan para recibir un servicio que les permitirá vivir con mayor comodidad y seguridad. Para muchas de estas familias, esta será una Navidad especial: la primera iluminada, con una lámpara encendida en casa, un ventilador funcionando o un refrigerador conservando sus alimentos.

La energía limpia también ha sido un pilar de este esfuerzo. En Coclé, este año se instalaron sistemas fotovoltaicos en cuatro escuelas rurales —Boca Luna, El Macano, C.E.B.G. Mata de Palo y C.E.B.G. Loma Larga— acompañados de luminarias solares en las cinco viviendas más cercanas a cada plantel. Esto no solo mejora la seguridad y movilidad nocturna, sino que también brinda a las familias un entorno más confiable para estudiar, trabajar y convivir.

Estas acciones forman parte de un programa nacional que continúa avanzando en comunidades como Cimarrón (Colón), Río Hondo, El Hato y Ambroya (Panamá), Calabacito, Cerro Iglesia y Boca de Macho (Chiriquí), Limón de Tijera (Herrera) y Boca de Lurá (Coclé), entre muchas otras. Gracias a estos proyectos, decenas de escuelas y cientos de hogares ya cuentan con energía renovable, confiable y accesible.

Para AES Panamá, transformar vidas a través de la energía es una misión permanente. Por eso, el trabajo continuará en 2026 con nuevas inversiones y un alcance aún mayor. Porque cuando la luz llega por primera vez, llegan también la seguridad, el progreso y la posibilidad real de construir un futuro más digno para todas las familias del país.